domingo, 2 de diciembre de 2012

TRECE DIAS


Se trata de una película histórica, dirigida por Roger Donaldson en en el año 2000 y protagonizado por Kevin Costner, que trata sobre la crisis de los misiles en Cuba, visto desde la perspectiva del gobierno de los Estados Unidos. Describe los hechos ocurridos a medidados de octubre de 1962, cuando el gobierno norteamericano, a través de unas fotografías aéreas tomadas por su ejército, tiene la certeza de la existencia de armas nucleares, misiles soviéticos, en la isla de Cuba.

Cuba había sido un país estrechamente ligado a los intereses norteamericanos desde su independencia de España en 1898. La Revolución de Fidel Castro en 1959, que en un principio no se definía como comunista, pero que tenía una clara orientación nacionalista, comenzó a tomar medidas que lesionaban los intereses estadounidenses. Esto ocasionó en 1961 la ruptura inmediata de relaciones y la imposición de un bloqueo económico, así como el intento de invasión por parte de emigrados anticastristas, en Bahia de Cochinos en abril del mismo año. Esto hizo que el régimen de Fidel Castro se alineara con el bloque soviético, estableciendo una dictadura comunista en la isla.

En octubre de 1962, aviones espías norteamericanos detectaron la construcción de rampas de misiles y la presencia de tropas soviéticas en Cuba, por lo que Kennedy establece una "cuarentena defensiva", un bloqueo de la isla, desplegando unidades navales y aviones de combate en torno a la isla.

La cuestión cubana era un tema "predominante" en la campaña electoral de ese otoño de 1962. Las encuestas de opinión pública aseguraban que el pueblo norteamericano estaba profundamente preocupado por la influencia comunista en Cuba y, en vísperas de la elección de un importante número de gobernadores, senadores y congresistas, tanto los republicanos como los demócratas pedían una política de mayor dureza hacia el joven régimen castrista. A primeros de septiembre, el entonces ministro de industria cubano, Ernesto Ché Guevara, había anunciado, al finalizar una visita oficial a Moscú, el próximo envío de armas soviéticas a Cuba para hacer frente a la "agresión imperialista". Kennedy respondió días después que estaba dispuesto a emplear los medios necesarios" para prevenir cualquier acción agresiva de Cuba contra cualquier punto del hemisferio occidental.

El Congreso norteamericano fue aún más allá. Una durísima resolución declaraba que Estados Unidos estaba decidido a utilizar esos "medios necesarios, incluido el uso de las armas" para impedir que "el régimen marxista-leninista de Cuba extienda por la fuerza sus actividades agresivas y subversivas".


El ambiente se caldeó aún más cuando la agencia oficial soviética Tass publicó, el once de septiembre, un largo comunicado en el que se advertía que cualquier ataque estadounidense contra Cuba sería el principio de una guerra.

El descubrimiento de los misiles soviéticos en la isla se produce en medio de este clima de tensión.

Fueron trece días que estremecieron al mundo. Durante la guerra fría, este fue el momento en que más cerca se estuvo del enfrentamiento entre la URSS y EEUU, y por primera vez en la historia, una guerra nuclear entre las dos superpotencias estuvo a punto de estallar.

Los protagonistas principales de esta crisis fueron el presidente norteamericano John F. Kennedy, que moriría asesinado un año después, y el lider soviético Nikita Jruschov, que sería apartado del poder dos años después.
  
Fidel Castro, fue un mero espectador, lo mismo que los aliados de uno y otro bloque y que millones de personas en todo el mundo que contemplaron atónitos e impotentes el juego entre EEUU y la URSS, que pudo desembocar en una hecatombe nuclear.

Finalmente, tras negociaciones secretas Jruschov lanza una propuesta que fue aceptada por Kennedy: la URSS retiraría sus misiles de Cuba a cambio del compromiso norteamericano den o invadir la isla y de la retirada de los misiles que EEUU tenía desplegados en Turquía.

Al mes siguiente la URSS desmonta y repatría su material bélico y EEUU levanta el bloqueo.

Veinte años después, los especialistas coinciden en señalar que la mayor conclusión obtenida de la crisis del Caribe fue la gran importancia de las armas convencionales en relación a una guerra nuclear. La superioridad del armamento convencional norteamericano permitió el bloqueo de Cuba, decisivo para el final de la crisis. La importancia de la fotografía aérea, del espionaje desde aviones y satélites, quedó también de manifiesto. Y el valor de la comunicación directa entre los estadistas: Kennedy y Jruschov negociaron en ocasiones por encima de sus colaboradores más cercanos. El líder soviético escribió que "juntos, evitamos el desastre. Cuando fue asesinado sentí un sincero pesar. Acudí directamente a la embajada y expresé mi condolencia".

Nikita Jruschov ha explicado así su versión de los hechos en sus Memorias: "No teníamos otra manera de ayudar a Castro a contrarrestar la amenaza norteamericana que instalar nuestros cohetes en la isla, de tal forma que las fuerzas agresivas de Estados Unidos se vieran abocadas a un dilema: si invades Cuba tendrás que hacer frente a un ataque nuclear con proyectiles balísticos contra tus propias ciudades. Nuestra intención al instalar los proyectiles no era librar una guerra contra Estados Unidos, sino evitar que éstos invadieran Cuba y comenzaran de ese modo una guerra".

Según Jruschov, Kennedy se comprometió a desmantelar sus bases de misiles en Turquía e Italia, "aunque sabíamos perfectamente que era una promesa de carácter simbólico ya que los cohetes norteamericanos en esos países estaban viejos y anticuados y los reemplazarían pronto por otros más nuevos".

Otros estadistas se aplicaron la lección a su manera, como el general De Gaulle, para quien Washington fue el perdedor en la crisis del Caribe, ya que si Jruschov puso los misiles en Cuba para mantener a Castro en el poder y Castro sigue en el poder, ¿quién ha ganado? Según cuenta el general Walters en su libro, De Gaulle esperaba que los norteamericanos utilizarán la fuerza contra Cuba y, al no ser así, comunicó a sus ayudantes la siguiente reflexión: "Si los norteamericanos no luchan por Cuba, que está a noventa millas de sus costas, menos lucharán por Europa, que está a 3.500 millas. Debo sacar las conclusiones pertinentes que afectan a la defensa e independencia de Francia."

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