Frank Capra fue llamado a Washington para darle el encargo de realizar una serie de siete documentales que llevarían el título genérico de ¿Por qué luchamos? (Why we fight?). Se sabe que Capra, antes de acometer tal tarea, estudió con gran atención los documentales rodados por Leni Riefensthal y si bien se dice que inicialmente se sintió desanimado ante los logros de aquella, está claro que supo tomar buena nota de las técnicas utilizadas puesto que tanto La batalla de Rusia (The battle of Russia,1943) como La guerra llega a los Estados Unidos (War comes to America,1945) utilizan sabiamente la mezcla de material documental con material de ficción para conseguir los fines patrióticos propuestos, constituyéndose así en representaciones de la América de la época pero que son, por ello, más reveladoras que ninguna otra cosa acerca del sentir y el pensar de la época.
Esta producción destacó como mecanismo de propaganda a favor de los intereses de Norteamérica y como método de formación destinado a los soldados del ejército estadounidense durante su implicación en la segunda Guerra Mundial. Se trataba de mantener y asegurar la resistencia física y mental de las tropas, de demostrar a los soldados estadounidenses la razón de la participación de este país en la guerra. En este sentido el propio general Marshall propulsó la creación de un organismo que se llamaba Moracle Service Division y que posteriormente pasó a denominarse Information and Education Division. Poco después, también se le mostró a la población civil para convencerles que debían apoyar la intervención norteamericana en la guerra.
Wo wir sind da geht's immer vorwärts
Und der Teufel, der lacht nur dazu
Ha, ha, ha, ha, ha, ha
Wir kämpfen für Deutschland
Wir kämpfen für Hitler
Der Rote kommt niemehr zur Ruh'.
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Donde estemos, iremos siempre adelante
Y el diablo sólo ríe:
Ja, ja, ja, ja, ja!
luchamos por Alemania
luchamos por Hitler
Los rojos nunca tendrán descanso
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(SS marschiert in Feindesland fue una canción de marcha del III Reich utilizada por su fuerza militar de élite, las Waffen SS)
En Prelude to War, tras las palabras introductorias de Marshall, la voz en off del narrador lanzaba la pregunta que daba título a toda la seria: ¿Por qué? –nosotros los estadounidenses- luchamos? (Why We Fight). Pero, rápidamente, esta pregunta general se concretaba en una retahíla de otras preguntas:
“…. las causas y los acontecimientos que nos condujeron a entrar en guerra ¿cuáles son estas causas? ¿por qué desfilan de uniforme los soldados estadounidenses? Es debido a Pearl Harbor. ¿Por eso combatimos? ¿O es debido a Gran Bretaña, Francia, China, Checoslovaquia, Noruega, Polonia, Holanda, Grecia, Bélgica, Albania, Yugoslavia o Rusia? ¿Qué nos impulsó a cambiar nuestra forma de vida? ¿Qué convirtió nuestro país en un enorme arsenal dedicado a la fabricación de armamento? ¿Qué nos impulsó a combatir en todos los continentes, en todos los mares?"
Esta construcción retórica a partir de diversas preguntas sugiere una voluntad didáctica que permite remitirnos a la apuesta que lanzó Marshall, para intentar cambiar los métodos de “ordeno y mando” que regían tradicionalmente la formación de la tropa. Las interrogaciones que pueblan los siete documentales aventuran una dinámica basada en la discusión, en el contraste de opiniones.
POR QUÉ LUCHAMOS.
"Algún día habré de explicarte por qué combatimos". Esta enigmática frase es puesta varias veces en boca de Asterix por su creador, Goscinny, pues Obelix no parece entender que pueda haber ninguna causa seria tras lo que a él le parece una simple diversión, arrear mamporros a los infortunados legionarios de Roma. ¿Por qué luchamos? Dijo Nietzsche que las ideologías no eran sino las chispas que saltaban con el chocar de las espadas encendidas. En esa visión trágica de la condición humana, cuyo secreto destino es combatir eternamente sin la posibilidad de ilusionarse con un final de la violencia, no parece dar respuesta a la pregunta de Obélix: El conflicto es el trasfondo de un escenario en el que la paz es sólo una vana esperanza, la pausa con la que, ilusos, celebramos una victoria cuyos efectos son caducos, una pax augusta que tan solo es lo que precede a nuevos estallidos.
Muy bueno, la postura del documental es bastante neutra, me gustó, Why we fight, es de las propuestas que logran entretener pero también cautivar al espectador al tiempo que expone la verdadera razón de estas guerras "por la democracia" no es otra cosa que la riqueza, siempre la riqueza, el móvil del capitalismo. Esta opción me recordó mucho al pequeño documental llamado Vice, una mirada a lo que acontece en el mundo actualmente, de verdad vale la pena echarle un vistazo.
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