miércoles, 27 de agosto de 2014

Cuestión de tamaño.

Tamaño ideal de un Hospital.

“De todos los edificios de alguna importancia que salpican el corazón de las ciudades, el hospital es sin duda, junto con la iglesia, el más antiguo”.

Jean Labasse

La ciudad y el hospital. Geografía hospitalaria (1982)

 
Sabemos que desde hace años la sanidad es un tema muy sensible, que afecta a toda la ciudadanía y que, por ello, es objeto de controversia y debate político. Con demasiada frecuencia los responsables políticos condicionan e intervienen en la gestión sanitaria de una forma excesiva –a veces lo hacen de manera atropellada-, con lo que la sanidad aparece como un campo para el enfrentamiento, trasladando una imagen muy poco profesional y demasiado politizada.


¿Por qué se construye un hospital?

El tema del tamaño ideal de las instituciones tiene mucho que ver con el objetivo que se pretenda alcanzar.
Desde el punto de vista arquitectónico y funcional un hospital es, sin duda, el edificio civil más complejo y sobre el que existe un mayor grado de incertidumbre con respecto al programa asistencial que debe desarrollar, así como las distintas variables que condicionan e influyen en su definición, planificación, programación funcional, diseño, construcción y equipamiento, tanto desde el punto de vista de la medicina y la atención sanitaria, como de la técnica, la ingeniería y otros sectores.
A la hora de planificar y diseñar un centro hospitalario conviene conocer cuáles son los intereses fundamentales de los cuatro agentes y protagonistas principales implicados en el mismo, ya que son los que van a condicionar su gestión posterior. La planificación hospitalaria debe intentar conciliar los intereses y las expectativas de esos cuatro agentes o grupos de interés: los ciudadanos (usuarios y enfermos), los profesionales, los gestores y los propietarios de la institución (bien la Administración Pública o el Sector Privado). Cabría considerar también en determinados aspectos el papel de la industria sanitaria, de la tecnología y otros servicios accesorios.

Los ciudadanos, pacientes y usuarios, (clientes en el caso de la sanidad privada), son además votantes y contribuyentes, (lo que en términos de sociología política se denomina electores cívicos). Su interés más valorado es la calidad aparente o calidad percibida. Desean, sobre todo, tener confianza en la institución y en sus profesionales, esperan ser bien atendidos, sin demoras, ser adecuadamente informados, participar en la toma de decisiones y evitar incurrir en costes añadidos.

Los profesionales, sobre todo en el sector público, están interesados fundamentalmente en la calidad científico-técnica. Aspiran a disponer de los mejores medios y recursos técnicos para la asistencia, (diagnóstico y tratamiento), la docencia y la investigación, en ocasiones más allá de consideraciones económicas de rendimiento o coste-efectividad. La motivación personal, el reconocimiento y la posibilidad de participar en la gestión, son elementos determinantes en el gobierno de los hospitales.

Los gestores sanitarios, administradores y directivos buscan sobre todo la eficiencia, a través de objetivos operativos, es decir concretos y cuantificados en términos económicos, de manera que se haga el mejor uso posible de las instalaciones y recursos disponibles, tanto personales como materiales.

Finalmente, los ‘propietarios del hospital, cuyo interés en el caso de la Administración es la prestación de un correcto servicio público y la cohesión social, respondiendo a las necesidades y demandas sanitarias de los ciudadanos. En el caso de las entidades privadas su objetivo fundamental es la rentabilidad económica de la inversión realizada.

 
Condicionantes del modelo hospitalario. Fuente: M. A. Asenjo Sebastián

 
¿Cuál es el tamaño óptimo de un hospital?

Hay que decir que aunque no existe una regla precisa ni un acuerdo definitivo sobre cuál ha de ser el tamaño y las dimensiones que debe tener un hospital, parece que el tamaño óptimo viene determinado por la interacción entre la accesibilidad de los pacientes a los que debe atender y la respuesta a las necesidades y demanda sanitaria existentes, lo que condicionará el volumen de actividad en función de los resultados clínicos que se pretendan, la tecnología disponible y la forma de trabajo de los diferentes servicios y unidades. Deben considerarse también las posibles economías de escala que puedan lograrse (John Possetts, Are bigger hospitals better? En: Hospitals in a changing Europe, WHO. European Observatory on Health Care Systems, 2002).

 
En general, para definir el tamaño y dimensiones de un hospital, (lo que incluye no solo el número de camas sino, lo que es más importante, su estructura, organización y programa de funcionamiento, tecnología y cartera de servicios, etc.), deben tenerse en cuenta –como es obvio- los flujos de pacientes, el número de enfermos ingresados y su estancia media, la ocupación del hospital y el periodo de tiempo considerado. Es importante conocer la frecuentación hospitalaria (número de ingresos por 1.000 habitantes en un año) en la que influyen un importante número de factores, entre otros: estructura demográfica y cultura de la población, disponibilidad de servicios, proximidad del hospital, organización interna y relaciones entre los diferentes servicios y unidades, interrelación con la atención primaria, su carácter docente o no, etc.

El proceso clínico-asistencial y la estructura del hospital son interdependientes. El modelo sanitario y las necesidades de la población también. Es así como el tamaño del hospital repercute en la atención sanitaria, en la calidad y seguridad del paciente, en su viabilidad y sostenibilidad.

Finalmente, con respecto al diseño y estructura física del centro, es importante también recordar que el programa funcional es tan solo un instrumento, y de él no se deduce por tanto, la arquitectura definitiva del nuevo hospital, que debe integrar lo físico y lo sensorial, lo sanitario y lo social, los aspectos técnicos y la dimensión humana.
 

En la última década se Han desarrollado en España cuatro grandes proyectos de similar envergadura: El Hospital de Toledo, el Hospital de ‘La Fe’ de Valencia, el Hospital Central de Asturias y el Hospital ‘Son Espases’, en Mallorca. A título informativo y a efectos de comparación se incluyen algunas de las ratios constructivas de estos centros, que aportan datos interesantes: 

(*) Datos del proyecto inicial

En estos proyectos ha sido el número de habitaciones individuales diseñadas –como una exigencia de mayor confortabilidad y calidad asistencial- y una mayor reserva para aparcamiento y espacios libres (incluidos en la superficie total), lo que ha determinado el mayor tamaño del hospital. Ello solo expresa un comportamiento sanitario diferente de la población y una forma diferente de resolver los problemas sanitarios planteados. Queda claro que se producen diferentes soluciones y concepciones arquitectónicas como respuesta a políticas sanitarias y fórmulas de gestión diferenciadas.

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